Joseph and his brothers
"Joseph and His Brothers". by Franz Anton Maulbertsch. (Public domain, via Wikimedia Commons)
Genesis 45:3-11, 15 Luke 6:27-38
“…A good person is not the one who does the right thing, but the one who is in the habit of doing the right thing…God is hiding in the world; our task is to let the divine emerge from our deeds.” ("I Asked for Wonder," Abraham J. Heschel)
You remember how it all begins. There is a famine in the land and Jacob sends all of his sons, except for Benjamin, down to Egypt to buy grain. You know, who is waiting for them, don’t you…Joseph. After all of these years, the one they sold into slavery is now Governor of Egypt. He and Pharaoh are good friends…very good friends. After a long bumpy journey, the brothers arrive in Egypt. They appear before the Governor to see if he will sell them grain. Joseph can hardly stand it. Finally, he reveals what his brothers don’t know, “I am Joseph…”
Walter Brueggeman* suggests there are three specific points we should all remember about the reunion story.
1. Joseph breaks from the past. He consciously chooses not to retaliate for what his brothers did to him years before. He does not exploit his brothers, throw them into prison, or make them clean out pharaoh’s horse stables. Believe me, pharaoh had a lot of horse stables! Joseph’s behavior demonstrated that their past was behind them. Their present was a gift Joseph gave to his brothers.
2. Joseph’s brothers were scared out of their wits, wringing their hands, and fretting over what they might have coming to them. Joseph calmly said, ”Be not dismayed…for God sent me.” His words were not the beginning of a new chapter in the story, but his words were a new book! They were not a sequel to all that came before. They were a new beginning! Brueggeman commented,” The power to create newness does not come from detachment, but from risky self-disclosing engagement.” By Joseph’s actions, he revealed his deep passion for his family.
Joseph does not use his titles or his Egyptian name to reveal himself to his brothers. He simply said, “I am Joseph…” We have heard the “I am…” proclamation several times in the Old and New Testament. The proclamations come with no pretense. They simply are.
3. Finally, Brueggeman gleans from this passage, what he considers to be, the main point. He lifts out Joseph’s words, “… God sent me to preserve life.” In this statement, Joseph reveals his role in God’s plan. It is not Joseph’s or his brothers’ plan. The plan belongs to God. It is God’s purpose to provide saving grace for all of those who are open to receiving it.
It is hard to believe that Joseph would be so kind to his brothers. His actions are just the opposite of the behavior so many people are taking in the world today. And by the way, remember what Jesus said, “…pray for those who abuse you…be merciful as your Father is merciful- all embracing, no restrictions-…love your enemies, do good to those who hate you, blessed are those who curse you, do to others as you would have them do to you…”. Eduard Schweitzer** says, “The primary call is not for prayer or action but for a fundamental attitude of love, which of course, issues an action…”our action; and you know, if we are not able to act in such a way, how can we open ourselves to the love God longs to give us?
*Brueggeman, Walter, Interpretation: Genesis.
**Schweizer, Eduard, The Good News According to Luke.
The Rev. M. Wayne Clark is a retired clergy member of the Iowa Annual Conference. "Memo for Those Who Preach" is a volunteer project of a group of Iowa Conference clergy.
Memorándum para los que predican
20 febrero, 2022 – Séptimo domingo después de la Epifanía
Génesis 45:3-11, 15; Lucas 6:27-38
Por M. Wayne Clark
“ . . . Una buena persona no es el que hace la cosa correcta, sino el que tiene el hábito de hacer la cosa correcta . . . Dios se esconde en el mundo; nuestra tarea es dejar que la imagen divina emerja de nuestras hazañas.” (Pedí Asombro [I Asked for Wonder], Abraham J. Heschel)
Ya recuerdas como comienza. Hay hambruna en la tierra y Jacob envía a todos sus hijos, sino Benjamín, a Egipto para comprar grano. Ya sabes, ¿verdad?, quién los espera . . . José. Después de todos estos años, el que vendieron a la esclavitud ahora es gobernador de Egipto. Él y Faraón son buenos amigos . . . muy buenos amigos. Después de un viaje largo y lleno de baches, los hermanos llegan a Egipto. Aparecen ante el gobernador para averiguar si va a venderles grano. José casi no puede aguantarlo. Finalmente, revela lo que no saben sus hermanos, “Yo soy José . . .”
Walter Brueggeman* sugiere que hay tres puntos específicos que todos debemos recordar acerca de la historia del reencuentro. (1). José se rompe del pasado. Conscientemente escoge no tomar represalias por lo que sus hermanos le hicieron años atrás. No explota a sus hermanos, no los echa en la cárcel, ni los hace limpiar los establos de los caballos del faraón. Créeme, ¡el faraón tuvo muchos establos para sus caballos! El comportamiento de José demuestra que su pasado estaba detrás de ellos. Su presente era un don que José les dio a sus hermanos.
(2). Los hermanos de José estaban muertos de susto, retorciendo las manos, y preocupándose de lo que podrían esperar. Tranquilamente, José les dijo, “Ahora, pues, no os entristezcáis . . . porque . . . me envió Dios.” ¡Sus palabras no eran el comienzo de un nuevo capítulo en la historia, sino que sus palabras era un nuevo libro! No eran secuela a lo que ya había ocurrido. ¡Eran un nuevo comienzo! Brueggeman comentó: “El poder de crear novedad no viene de indiferencia, sino de compromiso riesgoso de revelarse.” Por las acciones de José, reveló su pasión profunda por su familia.
José no usa sus títulos ni su nombre egipcio para revelarse a sus hermanos. Simplemente dijo, “Yo soy José . . .” Hemos oído la proclamación “Yo soy . . .” varias veces en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Las proclamaciones viene sin pretensión. Simplemente existen.
(3). Finalmente, Brueggeman recoge de esta lectura, lo que es en su opinión el punto principal. Sace las palabras de José, “ . . . para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros.” En esta declaración, José revela su papel en el plan de Dios. No es plan de José ni de sus hermanos. El plan pertenece a Dios. Es el propósito de Dios proveer la gracia que salva para todos que están abiertos a recibirla.
Es difícil creer que José sería tan amable a sus hermanos. Sus acciones son exactamente el opuesto al comportamiento que tantas personas demuestran en el mundo hoy. Y, a propósito, recuerde los que dijo Jesús, “ . . . orad por los que os ultrajan y os persiguen . . . Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso – que incluye todo, sin restricciones . . . Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, bendecid a los que os maldicen, Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. . .” Eduard Schweitzer** dice, “El llamado principal no es para oración ni acción sino para una actitud de amor, la cual claro, viene de acción . . .” nuestra acción; y sabe, si no podemos actuar en tal manera, ¿cómo podemos abrirnos al amor que Dios anhela darnos?
*Brueggeman, Walter, Interpretation: Genesis.
**Schweizer, Eduard, The Good News According to Luke.
El Rvdo. M. Wayne Clark es un miembro del clero jubilado de la Conferencia Anual de Iowa.