Crucifixion sculpture
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Lea la versión en español después del inglés
Good Friday, April 15, 2022
Isaiah 52:13-53:12, Psalm 22, Hebrews 10:16-25, John 18:1-19:42.
Our Good Friday scriptures speak for themselves, with little preaching necessary. Even in the smallest congregation, all you need is a darkened worship space, some candles, a few good readers, several appropriate hymns, and something to make a loud noise (cymbals, a gong, blocks of wood, etc.) to create a powerful service of Tenebrae honoring the sacred nature of this day.
The word tenebrae is Latin for darkness and shadows. Since the Middle Ages, churches have used this service, which combines the scriptural account of Jesus’ arrest and crucifixion with a gradual darkening of the sanctuary after each segment of the reading. A loud sound called the strepitus is made after the death of Jesus occurs. The Tenebrae Service found in the United Methodist Book of Worship (p. 542) utilizes this year’s lectionary Gospel reading from John.
Let the scriptures guide the honoring of this sacred day. In addition to the Gospel account, the Isaiah text connects Jesus’ death with the Old Testament concept of the suffering servant: Isaiah 53:8: “But he was wounded for our transgressions, crushed for our iniquities, upon him was the punishment that made us whole, and by his bruises we are healed.” Psalm 22:1, “My God, my God, why have you forsaken me?”, provides words Jesus spoke from the cross. (Mk 15:34, Mt 27:46) We can be sure that Jesus knew that while this Psalm begins with a plea for deliverance, it ends with a hymn of thanksgiving. Hebrews 10:16-25 further emphasizes the atoning work of Christ.
Some Good Friday services focus on the Seven Last Words of Jesus from the Cross. Early in my ministry, we once hosted a three-hour ecumenical Good Friday service from noon to 3:00 p.m. (recalling the hours Jesus hung on the cross). Various preachers led 30-minute worship segments focusing on a particular “Word.” I’m not recommending such an approach in this busy age. Even in the 1980s, attendance was small, congregants came and went throughout the service, and the only consistent presence was the host pastor.
Nonetheless, these Seven Last Words warrant consideration. Ponder John 19:30a when Jesus uttered his final word, “It is finished.” To his followers, this must have seemed like defeat. Consider their helpless resignation and deep sorrow. “It’s over and done with,” one might say. Maybe that’s what the soldiers thought. Across the Roman Empire, there were always revolutionaries to extinguish – perhaps Jesus was just one of those. As far as they were concerned, this Jesus movement was finished. I suspect the Jewish leaders thought the same. Jesus had attacked their temple, their sacrifices, and their places of privileged authority, but they had successfully agitated the crowd, falsely accused him, and convinced Pilate to condemn Jesus to death. It was over and done with.
But that’s not Jesus meant when he said, “It is finished.” He meant, “It is complete. It is accomplished. It is fulfilled.” You’ve used the phrase that way – on completing an educational degree or a project at work or even just sending in your income tax returns. A strong feeling of accomplishment can accompany the words, “It is finished.” Pause for a moment in gratitude and remember what was accomplished on the cross. William Willimon put it this way, “That business between us and God, that unpleasantness begun in the Garden of Eden, that tendency to be gods unto ourselves, our rebellion, our clinch-fisted, violent pride, that sin, all that is addressed, not with words, but with a deed. At the last, Jesus does for us that which we cannot do for ourselves...dies for the forgiveness of our sins.”1 The very redemption of humanity - that’s what Jesus is talking about when he says, “It is finished.” As Charles Wesley wrote, “Love’s redeeming work is done...fought the fight, the battle won.” It is finished. It is complete. It is accomplished.
Nobody took Jesus’ life. He freely gave it for us. That’s why we call this Friday “Good”. May you receive again that great gift and then pass it on through the witness of your life. Amen.
1William Willimon, Thank God It’s Friday, 2006, p. 63.
Martha Dalton Ward is the author of Holy Moments: When Life and Faith Intersect. Before retirement, she and her husband Bob served as Co-Pastors in United Methodist Churches in Iowa for over 30 years.
Viernes Santo: El que así nos redimió
Memorándum para los que predican
15 abril, 2022 – Viernes Santo
Isaías 52:13-53:12; Salmos 22; Hebreos 10:16-25; Juan 18:1-19:42
Las lecturas para el Viernes Santo hablan por sí mismos, y se necesita poca prédica. Aún en la congregación más pequeña, lo único que sea necesario es un espacio oscuro para el culto, unas velas, unos cuantos buenos lectores, varios himnos apropiados, y algo para hacer un ruido grande (címbalos, un gong, un pedazo de madera, etcétera) para crear un servicio poderoso de Tenebrae honrando la naturaleza sagrada de este día. La palabra tenebrae es del Latín para oscuridad y sombras. Desde las Edades Medias, iglesias han usado este servicio que combina la historia en las escrituras del arresto de Jesús y la crucifixión mientras oscureciendo gradualmente el santuario después de cada lectura. Un sonido grande nombrado el strepitus se hace después de que ocurre la muerte de Jesús. El servicio de Tenebrae no se encuentra en Mil Voces para Celebrar, pero se adaptarlo del United Methodist Book of Worship (p. 542), lo cual usa la lectura del Evangelio de Juan.
Permita que las escrituras le guíen en honrar este día sagrado. Además de la lectura del Evangelio, el texto de Isaías conecta la muerte de Jesús con el concepto en el Antiguo Testamento del Siervo de Jehová que sufre: Isaías 53:8: “Mas él fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. Por darnos la paz, cayó sobre él el castigo, y por sus llagas fuimos nosotros curados.” Salmos 22:1, “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” provee las palabras de Jesús en la cruz. (Marcos 15:34, Mateo 27:46). Podemos estar seguros que mientras este salmo comienza con una petición para salvación, termina con un himno de gratitud. Hebreos 10:16-25 enfatiza más el trabajo de expiación de Cristo.
Algunos servicio del Viernes Santo se enfocan en la Siete Últimas Palabras de Jesús de la cruz. Temprano en mi ministerio, una vez tuvimos un servicio ecuménico del Viernes Santo del mediodía hasta las tres de la tarde (recordando el tiempo durante que Jesús estaba en la cruz). Varios predicadores guiaron segmentos de 30 minutos del culto enfocándose en una “palabra” en particular. No recomiendo esta idea en este tiempo tan ocupado. Aún durante la década de los 80, la asistencia fue poca, los congregantes llegaron y se fueron durante todo el servicio, y la única presencia consistente fue la del/de la pastor/a sirviendo como anfitrión/anfitriona.
Sin embargo, vale la pena de considerar esta Siete Últimas Palabras. Piense en Juan 19:30a cuando Jesús dice su palabra final: “¡Consumado es!” A sus seguidores, esto les pareció como derrota. Considere su resignación sin remedio y su dolor profundo. “Ya es terminado” se podría decir. Quizás eso es lo que creyeron los soldados. En todas partes del Imperio Romano, siempre había revolucionarios para extinguir – quizás Jesús era simplemente uno de ellos. En sus opiniones, este movimiento de Jesús ya se terminó. Tengo sospechas que los líderes judaicos pensaban así también. Jesús había atacado su templo, sus sacrificios, y sus lugares de autoridad privilegiados, pero ellos habían agitado a las multitudes, le habían acusado falsamente, y habían convencido a Pilato que condenara a Jesús a la muerte. Ya era terminado.
Pero eso no lo que significó Jesús cuando dijo “¡Consumado es!” Quería decir, “Ya es completo. Lo había logrado todo. Había alcanzado sus intenciones.” Has usado la frase así – al terminar una carrera en la universidad o un proyecto en el trabajo o aún después de enviar sus taxes. Un sentimiento fuerte de éxito puede acompañar las palabras “Consumado es.” Pausen por un momento en gratitud y recuerden lo que fue logrado en la cruz. William Willimon lo pone así, “El negocio entre nosotros y Dios, esa cosa desagradable que comenzó en Jardín de Edén, esa tendencia nuestra para ser dioses para nosotros mismos, nuestra rebelión, nuestro orgullo con puño apretado y con violencia, ese pecado – trata de todo eso, no con palabras, sino con hecho. Al fin, Jesús hace por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismo . . . muere para perdonarnos de nuestros pecados”1 Esa misma redención de la humanidad – es de eso que Jesús habla cuando dice “Consumado es.” Como dice el himno “Cristo ya resucitó, ¡Aleluya!” – “El que así nos redimió . . . de la muerte vencedor.” Consumado es. Completo es. Logrado es.
Nadie quitó la vida de Jesús. Libremente él se la entregó. Eso es por qué es “santo” este viernes. Que reciba Ud. otra vez ese gran don y entonce que lo comparta Ud. mediante el testigo de su vida. Amén.
Martha Dalton Ward es la autora de Momentos Sagrados: Cuando la Vida y la Fe Se Cruzan [Holy Moments: When Life and Faith Intersect. Antes de jubilarse, ella y su esposo Bob sirvieron como Co-Pastores en Iglesias Metodistas Unidas durante más de 30 años.
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1William Willimon, Gracias a Dios que es Viernes [Thank God It’s Friday], 2006, p. 63