Discouraged
The Apostle Paul's words to discouraged Philippians still ring true today. (jeffbergen Getty Images/iStock Photo)
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April 3, 2022 – 5th Sunday of Lent
Isaiah 43:16-21 Psalm 126 Philippians 3:4b-14 John 12:1-8
The scriptures offer plentiful options for a preaching focus. Your prayerful discernment of what needs to be addressed in your congregation(s) will be needed.
The prophet Isaiah proclaims God is One who brings about new things. It was a word of hope to both the people in captivity and is to us as well. Israel/we are “the people whom I formed for myself so that they might declare my praise”.
The Psalm also speaks to those who are discouraged, “Those who go out weeping, bearing the seed for sowing, shall come home with shouts of joy, carrying their sheaves.” With the tragedies we see in a drive-by shooting by a high school, the aftermath of tornadoes and storms, the war Ukraine, and in personal ways when loved ones die, we need a word of hope and promise to sustain us.
In the Gospel of John, we see both the foreshadowing of Jesus’ death but also the hope that will follow his resurrection. Jesus visits a family dear to him - Lazarus whom he raised from death, and – true to their gifts – Martha who served the meal, and Mary who “took a pound of costly perfume made of pure nard, anointed Jesus' feet, and wiped them with her hair”.
Judas complained that the money spent on the costly perfume could’ve been used to help the poor. John points out Judas really didn’t care about the poor; the implication is Judas questions it because the gift cost him something (it was less for him to manage and perhaps embezzle). Do we begrudge offerings that help those who we don’t really care about? This attitude can be contrasted with Mary’s action that “filled (the house) with the fragrance of the perfume”. Fragrance is often used to symbolize something pleasing to God (cf. Eph. 5:1-2 and 2nd Cor. 14-15). Are our lives a fragrant offering? Like Mary, are we willing to give to Jesus by serving “the least among these”?
Paul talks about giving up all things in order to gain Christ, who gave his all for us. Paul lists his “assets” in faith. But he gave them up, along with “all things”. Paul doesn’t list what specifically was included in that category, but it might have included his finances, previous work as a source of income, relationships with friends and family. The list likely included assets that we would consider important as well.
Paul rates those “former” things bluntly – our English translations skirt it – as sewage. Why? “So that I might gain Christ and be found in him.”
Paul came to understand that God’s righteous love could be experienced, not by earning it, but – as 20th-century theologian Paul Tillich would put it – by accepting that God had accepted Paul. God’s love could not (and can not) be earned, but only accepted as a gift.
Paul says that “righteousness that I have comes from knowing Christ”, not just knowing about Jesus but about striving to fully understand Jesus who Paul called the Christ or Messiah Paul strove to fully understand Jesus, and that meant knowing (and experiencing) the power of Jesus’ resurrection (the life and joy), and - aye, here’s the rub! - the participation in his sufferings. Again, we might ask why?
It was “so that I may perhaps reach the goal of the resurrection of the dead.” Paul does not mean to earn salvation. If the first part of that phrase was translated more literally from the Greek, it would be:”If – how (somehow) – I should be attaining – INTO” the power of Jesus’ resurrection
Paul was describing his desire to race toward and lean into the finish line in order to be resurrected from the dead, not because being eternally loved by God depended on it, but because Paul wanted (out of gratitude for all God has given us) to strive with every ounce of energy toward that goal that God had already planned for Paul.
Paul was inviting his Philippian friends – and through this letter God is inviting each of us – to find the power and the purpose and the JOY of living through both the highs and the lows of life, firmly and fully wrapped in the love of God. The Good news of the resurrection is not simply a past event – God raised Jesus from the dead – but that the living Christ will lead us through those times of life that would otherwise take the life out of us. Every trial we come through with God’s help will strengthen our faith, and we will gain a greater understanding of what Paul called experiencing “the power of Jesus’ resurrection”.
Rev. Bob Dean is a retired clergy member of the Iowa Annual Conference and enjoys teaching Middle School Sunday School class in his retirement.
Esperanza y Ánimo
Memorándum para los que predican
3 abril, 2022 – Quinto domingo en la Cuaresma
Isaías 43:16-21; Salmos 126; Filipenses 3:4b-14; Juan 12:1-8
Las escrituras ofrecen opciones abundantes por un enfoque para la prédica. Su discernimiento en oración sobre lo que es necesario para su congregación será preciso.
El profeta Isaías proclama que Dios es Él que ocasiona nuevas cosas. Era una palabra de esperanza ambos a la gente en cautividad y a nosotros también. Israel/nosotros son/somos “este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará.”
El Salmo también habla a los que están desanimados. “Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla, pero al volver vendrá con regocijo trayendo sus gavillas.” Con las tragedias que vemos en un tiroteo desde un vehículo cerca de un colegio, el resultado de tornados y tormentas, la guerra en Ucrania, y en maneras personales cuando mueran amados, necesitamos una palabra de esperanza y promesa para sostenernos.
En el Evangelio de Juan, vemos ambos el presagio de la muerte de Jesús sino también la esperanza que seguirá su resurrección. Jesús visita a una familia que es muy amada por él – Lázaro a quien levantó de entre los muertos , y – junto a sus dones – Marta quien sirvió la comida, y María quien “tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos.”
Judas se quejó que el dinero gastado en el perfume de nardo habría podido ser usado para ayudar a los pobres. Juan indica que a Judas de verdad no le importaban los pobres; la inferencia es que Judas lo cuestiona porque el regalo le costó algo (le era menos para manejar y quizás menos para malversar). ¿Envidiamos ofrendas que ayudan a personas quienes no nos importan? Esta actitud puede ser contrastada con la acción de María que causó que “la casa se llenó del olor del perfume.” El olor frecuentemente es usado para simbolizar algo que es agradable a Dios (véase Efesios 5:1-2 y 2 Corintios 14-15). ¿Son nuestras vidas una ofrenda fragante? Como María, ¿estamos dispuestos a darle a Jesús por servir “a uno de estos mis hermanos más pequeños”?
Pablo habla acerca de rendir todas cosas para ganar a Cristo, quien dio todo para nosotros. Pablo alista todas sus “ventajas” en la fe. Pero las rindió, junto con “todo.” Pablo no alista específicamente qué fue incluido en esa castegoría, pero es posible que incluyera sus finanzas, trabajo previo como fuente de ingreso, relaciones con amigos y con familia. Probablemente la lista incluyó ventajas que nosotros consideraríamos importantes también.
Pablo clasifica estas cosas previas francamente (como basura) – las traducciones evitan la palabra exacta – como aguas negras. ¿Por qué? “. . . para ganar a Cristo y ser hallado en él.”
Pablo llegó a comprender que el amor recto de Dios podría ser experimentado, no por ganarlo, sino – como lo pone el teólogo del Siglo XX Paul Tillich – por aceptar que Dios había aceptado a Pablo. El amor de Dios no podía ser (y no puede ser ganado), sino solamente aceptado como un regalo.
Pablo dice que “la justicia que tengo viene de conocer a Cristo,” no solamente por saber acerca de Jesús sino acerca de esforzarse a comprender completamente a Jesús a quien Pablo llamó el Cristo o el Mesías. Pablo se esforzaba a comprender completamente a Jesús, y eso significó conociendo (y experimentando) el poder de la resurrección de Jesús (la vida y el gozo) y – he aquí el problema – la participación en sus sufrimientos. Otra vez, podríamos preguntar ¿por qué?
Era “en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos.” Pablo no quiere decir ganar la salvación. Si la primera parte de esa frase fuera traducida más literalmente del griego, sería “si en alguna manera – debo estar logrando llegar EN” el poder de la resurrección de Jesús.
Pablo describió su deseo de correr hacia e inclinarse hacia la línea de meta para ser levantado de entre los muertos, no porque el ser amado eternamente de Dios dependía de eso, sino porque Pablo quería (de la gratitud por todo lo que Dios nos ha dado a nosotros) para esforzarse con cada onza de su energía hacia la meta que Dios ya había planeado para Pablo.
Pablo estaba invitando a sus amigo filipenses – y mediante esta carta Dios invita a cada uno de nosotros – para encontrar el poder y el propósito y el GOZO de vivir por los altos y los bajos de la vida, firmemente y completamente envuelto en el amor de Dios. Las Buena Nuevas de la resurrección no es simplemente un suceso del pasado – Dios levantó a Jesús de entre los muertos – sino que el Cristo vivo nos conducirá por estos tiempos de la vida que de otra manera nos quitarían la vida de nosotros. Cada prueba por la cual pasamos con la ayuda de Dios fortalecerá nuestra fe, y ganaremos una comprensión mejor de lo que Pablo llamó experimentando “el poder de la resurección de Jesús.”
El Rvdo. Bob Dean es de Iowa, y le encanta enseñar la clase de la escuela dominical de la secundaria en su jubilación.