Love my neighbor
I Choose...To Love My Neighbor, from Art in the Christian Tradition, a project of the Vanderbilt Divinity Library, Nashville, TN. https://diglib.library.vanderbilt.edu/act-imagelink.pl?RC=57566 [retrieved January 16, 2023]. Original source: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:I_choose...to_love_my_neighbor_as_myself_(18135913766).jpg - SAMHSA.
Leer en español después de la versión en inglés.
Nov. 3, 2024, 24th Sunday after Pentecost, All Saints Sunday
Ruth 1:1-18, Ps 146, Heb,9:11-14, Mark 12:28-34
The preacher has two sets of lectionary choices this week. Some churches honor those who have died in the last twelve months on this date, so the All Saints texts may be fitting. It is also the last Sunday before the U.S. November election, and in some settings emotions and anxiety may be higher than usual in that regard. From either perspective, I think a strong sermon about love fills the bill, so I’d choose Mark 12:28-34, where a scribe asks Jesus, “Which commandment is the first of all?”
The scene is the Temple in Jerusalem. The time is after Jesus’ Triumphant Entry into Jerusalem. The context is a setting in which Jesus receives mostly hostile questions from the Sadducees and Pharisees. Then along comes this scribe, a teacher of law – also in a group that typically was suspicious of Jesus. But he appears to ask a legitimate question, “Which commandment is the first of all?”
In my mind’s eye, suddenly Jesus relaxes and smiles. He can see, after all the earlier taunts, that this man’s question is sincere. In all the times the Gospel writers mention the scribes, only this man is seen in a positive light. That made me wonder – can we learn something from this scribe about our own discipleship? Can we be like him – sincere in our own questioning – or are we more like the others taunting those we’re suspicious of when it comes to questions of faith or other critical matters of the day (like politics)?
Seeing the scribe’s sincerity, Jesus answers quoting not one law, but two: First, Deuteronomy 6:5: “You shall love the Lord your God with all your heart, and with all your soul, and with all your mind, and with all your strength.” And then from Leviticus 19:18: “You shall love your neighbor as yourself.” Jesus then says, “There is no commandment greater than these.” We may be tempted to say, “OK, I get it. I’m familiar with this. I know I’m supposed to love God and love my neighbor.” But can we do it, even in an election year in our country?
Part of the shock of this story was that this Jerusalem scribe agreed with Jesus. Throughout Mark’s Gospel, the scribes were always evaluating Jesus’ activity. They “fact checked” him scripturally because he forgave someone’s sins (Mark 2:7), they evaluated his dining companions (2:16), they questioned his disciple’s handwashing practices (7:15), along with the priests and elders, they probed into the origins of Jesus’ authority (11:27-30), and along with the Jerusalem priests, they wanted to kill Jesus because they were afraid of his popularity (14:1). But this week’s Gospel passage is a story about an agreement between Jesus and a scribe, a group member of Jesus’ leading archenemies.
In our retirement years, my husband and I bought a home in a Des Moines suburb. We have nice neighbors, even though in election season they typically have different political yard signs up than we do. But that doesn’t keep us from having friendly conversations over the back fence, or getting invited to their kid’s graduation open houses, or keeping an eye on their home when workers are there, or coming to the other’s aid when a snow blower won’t start in the depths of winter.
If your congregation is remembering some “saints” this Sunday, I hope you’re looking at ways these persons showed the unconditional love of God to those around them. If you’re trying to help your congregation navigate an acrimonious political season, my prayer is that you might challenge them to strive to reflect those “better angels” – saints who can rise above our human divisive tendencies in order reflect the love of God.
Regardless of which candidates win the election on Nov. 5, I’ll still have the same neighbors. The primary component of Biblical love is not affection or affinity. To love the neighbor is to imitate God by taking their needs seriously. This isn’t easy, but as Jesus and this unnamed scribe agree, it’s the most important commandment. So, how’s your love life?
The Rev. Martha Dalton Ward is the author of Holy Moments: When Life and Faith Intersect. Before retirement, she and her husband Bob served as co-pastors in United Methodist Churches in Iowa for over 30 years.
¿Cómo está tu Vida Amorosa?
Memorándum para los que predican
3 noviembre. 2024 – Domingo 24 después de Pentecostés – Domingo de Todos los Santos
Rut 1:1-18; Salmos 146; Hebreos 9:11-14: Marcos 12:28-34
Por Martha Dalton Ward
Traducción de Paul Burrow
El/la predicador/a tiene dos posibilidades de que escoger del leccionario esta semana. En esta fecha, algunas iglesias honran a los que han muerto durante los doce meses pasados, así que es posible que las lecturas para Todos los Santos sean apropiadas. También es el último domingo antes de las elecciones en noviembre en los Estados Unidos, y en algunos lugares las emociones y la ansiedad pueden ser más altas que de ordinario. De cualquiera de las dos perspectivas, creo que un sermón fuerte sobre el amor queda como anillo al dedo, así que yo escogería Marcos 12:28-34, donde un escriba le pregunta a Jesús, “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”
La escena es el Templo en Jerusalén. El tiempo es después de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén. El contexto es un escenario donde Jesús recibe preguntas mayormente hostiles de los Saduceos y de los Fariseos. Entonces, viene este escriba, un maestro de la ley – también en un grupo que estaba suspicaz de Jesús. Pero él parece hacer una pregunta legítima, “¿Cuál es el primer mandamiento de todos?”
En mi imaginación, de repente Jesús se relaja y sonríe. Puede ver, después de los insultos anteriores, que la pregunta de este hombre es sincera. En todas las veces que los escritores de los evangelios mencionan escriba, solamente este hombre se ve en luz positiva. Esto me hizo preguntarme – ¿podemos aprender algo de deste escriba acerca nuestro propio discipulado? ¿Podemos ser como él – sinceros en nuestras propias preguntas – o somos más como los otros insultando a los de quienes tenemos sospechas cuando llega a preguntas de fe o otros asuntos críticos del día (como la política)?
Viendo la sinceridad del escriba, Jesús responde citando no solamente una ley, sino dos: Primero, Deuteronomio 6:5: “amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Y entonces de Levítico 19:18: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” Entonces Jesús dice, “No hay otro mandamiento mayor que estos.” Es posible que digamos, “A sí, comprendo. Ya sé esto. Ya se que he de amar a Dios y amar a mi prójimo.” Pero, ¿podemos hacerlo, aún en año de elecciones en nuestro país?
Parte del shock de esta historia fue que este escriba de Jerusalén se acordó con Jesús. En todas parte del evangelio de Marcos, los escriba siempre estaban evaluando la actividad de Jesús. “Verificaban los hechos” con él según las escrituras por perdonó los pecados de alguien (Marcos 2:7), evaluaron a las personas con quienes comió (2:16), cuestionaron las prácticas de sus discípulos sobre el lavar las manos (7:15), junto con los sacerdotes y los ancianos, investigaron los orígenes de la autoridad de Jesús (11:27-30), y junto con los sacerdotes de Jerusalén, querían matar a Jesús porque temían su popularidad (14:1). Pero la lectura del evangelio para esta semana es una historia acerca de un acuerdo entre Jesús y un escriba, miembro de un grupo de los mayores archienemigos de Jesús.
En nuestros años de jubilación, mi esposo y yo compramos una casa en una ciudad cerca de Des Moines. Tenemos vecinos simpáticos, aunque en la temporada de elecciones normalmente tienen letreros políticos que son diferentes a los nuestros. Pero esto no causa que no tengamos conversaciones amistosas sobre la cerca de atrás, o que no nos inviten a la recepción para la graduación de su hijo, o que vigilemos su casa cuando hay trabajadores allí, o que nos ayudemos unos a otros cuando la máquina quitanieves no funcionará en las peores partes del invierno.
Si la congregación de Ud. recuerda a algunos “santos” este domingo, espero que Ud. busque maneras en que estas personas mostraran el amor incondicional de Dios a los que los rodeaban. Si trata de ayudar que su congregación navegue por una temporada cáustica política, mi oración es que pueda desafiarlos a tratar de relejar a esos “ángeles mejores” – santos que puede levantarse sobre nuestras tendencias humanas tan divisorias para reflejar el amor de Dios.
No importa cuáles de los candidatos ganan las elecciones el martes, todavía tendré los mismos vecinos. El componente más importante del amor bíblico no es ni afección ni afinidad. El amar al prójimo es imitar a Dios por tomar seriamente sus necesidades. Esto no es fácil, pero como Jesús y este escriba sin nombre se acuerdan, es el primer mandamiento. Así que, ¿cómo es tu vida amorosa?
La Rvda. Martha Dalton Ward es autora de Momentos Sagrados: Cuando la Vida y la Fe se Cruzan [Holy Moments: When Life and Faith Intersect]. Antes de jubilarse, ella su esposo Bob sirvieron como co-pastores en Iglesias Metodistas Unidas en Iowa durante más de 30 años.