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Christ Teaches Humility
"Christ Teaches Humility" by Robert Scott Lauder, 1803-1869, from Art in the Christian Tradition, a project of the Vanderbilt Divinity Library, Nashville, TN. https://diglib.library.vanderbilt.edu/act-imagelink.pl?RC=55623 [retrieved August 23, 2022]. Original source: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Christ_Teacheth_Humility.jpg.
Lea la versión en español después del inglés
August 28, 2022, 12th Sunday after Pentecost
Jeremiah 2:4-13, Psalms. 81:1, 10-16, Hebrews 13:1-8, 15-16, Luke 14:1, 7-14
The setting of this week’s Gospel lesson is significant. Luke 14:1 tells us that Jesus has been invited to a Sabbath meal at the home of a leader of the Pharisees. On the holiest day of the week, he’s dining with the very people who are suspicious of him – and he takes the occasion to share his thoughts on humility and hospitality. Now remember that Jesus lived in a world where status was everything. A dinner invitation like this was similar to sitting in the sky box at the football game or courtside at a basketball game – it was meant to impress! In Luke 14: 7-14 Jesus, however, uses it – as he so often does – as a teachable moment.
He begins by describing an etiquette faux pas: Someone thinks they deserve the place of honor at the banquet table, only to be embarrassed when it is realized that they are not the honored guest. That doesn’t happen very often in our churches, does it? We seldom clamor to sit in the front pew in worship; we would never assume that we deserve the best seats at the potluck supper. But we do have our own unwritten etiquette – and woe to the unsuspecting guests who don’t know they are sitting in Mrs. Smith’s pew or that you always bring your own plates and silverware to the monthly potluck!
Humility, the first focus of Jesus’ teaching, is about more than polite manners. Jesus was never concerned about surface things like that. What mattered to him was folks' inner lives – the state of their souls. And humility is not all that easy. It’s not just about letting someone go ahead of you in line or giving a modest response when you receive praise. Theologian Howard Thurman’s timeless words speak to this: “Often we find ourselves most completely influenced by pride when surest that we are most self-effacing and humble. For the subtlest pose is that of humility and apparent willingness to be considered the least of all. Pride causes us to exaggerate our significance or insignificance, either by claiming for ourselves more than we know to be true or by claiming for ourselves less than we know to be true. It makes for fundamental dishonesty because it is just as false to underestimate oneself quite consciously as it is to overestimate oneself.” [i] Perhaps it’s time to prayerfully examine our own understanding of humility!
Hospitality is the next emphasis of Jesus’ teaching, and there his message is very clear: We need to change the guest list for the dinner party. Don’t just invite your friends and family, Jesus says. “No, when you have a banquet, invite the poor, the crippled, the lame and the blind. And you will be blessed….” (vs. 13-14). How’s your congregation doing with that one? It’s hard! We’re really comfortable with our own homogeneous group, or we’re frightened by diversity, or we don’t know where to begin. But I know that when I’ve been part of church efforts to show hospitality in this way, those experiences have been some of my most profound and memorable. It’s just like our lectionary text from Hebrews 13:2 proclaims: “Do not neglect to show hospitality to strangers, for by doing that some have entertained angels without knowing it.”
To show the radical hospitality Jesus calls for, you may need to stretch to reach into new territory – the next town, the inner city, “the other side of the tracks.” However, you don’t have to do it all by yourself – teaming up with other churches in your community or circuit is a great way to reach out. And you don’t have to start from scratch. One of our Iowa colleagues in ministry, the Rev. Lee Roorda Schott, has written a book and study guide on this theme – "Foolish Church: Messy, Raw, Real, and Making Room" (Cascade Books, 2019).
Jesus’ words to the leader of the Pharisees and his guests probably didn’t make them want to invite him back. And his words may make us uncomfortable if we take them seriously, because true humility and radical hospitality are not easy. It concerns more than a seating chart and a guest list – it’s about aligning our actions and motives with God’s intentions and helping to usher in the kingdom of God. That’s our call and our challenge. In genuine humility, may we seek to offer Christ’s hospitality to all.
[i] Howard Thurman, Deep is the Hunger, 1973, p. 103.
The Rev. Martha Dalton Ward is the author of "Holy Moments: When Life and Faith Intersect." Before retirement, she and her husband Bob served as Co-Pastors in United Methodist Churches in Iowa for over 30 years.
La Humildad y la Hospitalidad: Más Fácil Decirlo que Hacerlo
Memorándum para los que predican
28 agosto, 2022 Domingo 12 después de Pentecostés
Jeremías 2:4-13; Salmos 81:1, 10-16; Hebreos 13:1-8, 15-16; Lucas 14:1, 7-14
Por Martha Dalton Ward martha.ward@iaumc.net
El escenario de la lectura del Evangelio para esta semana es significante. Lucas 14:1 nos dice que Jesús ha sido invitado a una comida para el sábado en la casa de un líder de los fariseos. En el día más sagrado de la semana, cena con las mismas personas que tienen sospechas de él – y toma la ocasión para compartir sus pensamientos sobre la humildad y la hospitalidad. Ahora recuerde que Jesús vivió en un mundo en que la posición social fue todo. Tal invitación para cenar como ésta fue semejante a sentarse en los mejores asientos para un juego de fútbol o de básquetbol – ¡fue para impresionar! En Lucas 14:7-14 Jesús, sin embargo, la usa – como lo hace tan frecuentemente – como un momento para enseñar.
Comienza por describir un papelón de la etiqueta: Alguien cree que merece el lugar de honor en la mesa de banquete, y está mortificado/a cuando se da cuenta de que no es el invitado honrado. Eso no ocurre en frecuentemente en nuestras iglesias, ¿verdad? Rara vez demandamos que nos sentemos el primer banco durante el servicio de culto; jamás asumiríamos que merecemos los mejores asientos en una comida que tiene la iglesia. Pero sí tenemos nuestra etiqueta no escrita – y ¡ay de los invitados ignorantes que no saben que están sentados en el banco de la Sra. Smith o que siempre se traen sus propios platos y cuberterías a la comida mensual!
La humildad, el primer enfoque de la enseñanza de Jesús, trata como más de modales educados. Jesús jamás se preocupó con tales cosas en la superficie. Lo que le importó a él eran las vidas internas de la gente – el estado de sus almas. Y la humildad no es tan fácil. No trata solamente con permitir que alguien vaya antes de Ud. en la línea o en dar una respuesta modesta cuando Ud. reciba elogio. Las palabras eternas del teólogo Howard Thurman se dirigen a esto: “Frecuentemente nos encontramos influidos más completamente por el orgullo cuando estamos más seguros que somos más discretos y humildes. Porque la pose más sutil es la de la humildad y la inclinación aparente de ser considerado/a menos de todos. El orgullo nos causa exagerar nuestra importancia y falta de importancia, o por reclamar por nosotros mismos más que sabemos ser verdad o por reclamar por nosotros mismos menos que sabemos ser verdad. Crea una deshonestidad fundamental porque es tan falso subestimarse conscientemente como es sobrestimarse.”1 ¡Quizás es la hora de examinar en oración nuestra comprensión de la humildad!
La hospitalidad es el próximo enfoque de la enseñanza de Jesús, y allá su mensaje es bien claro. Necesitamos cambiar la lista de invitados para nuestra cena. No debemos invitar solamente a nuestros amigos y nuestra familia. Jesús dice “Cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos; y serás bienaventurado . . .” (vv. 13-14) ¿Cómo hace su congregación con esto? ¡Es difícil! Estamos verdaderamente más cómodos con nuestro grupo homogéneo, o tenemos miedo de la diversidad, o no sabemos dónde empezar. Pero yo sé cuando he sido parte de esfuerzos de iglesias para demostrar la hospitalidad en esta manera, esas experiencias han sido unas de mis más profundas y memorables. Es como nuestra lectura de leccionario de Hebreos 13:1 proclama: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
Para mostrar la hospitalidad radical para la cual llama Jesús, es posible que hay estirarse para llegar a territorio nuevo – el próximo pueblo, el centro de la ciudad, “el otro lados del ferrocarril.” Sin embargo, no hay que hacerlo por sí sólo – el hacer equipo con otras iglesias en su comunidad o su circuito es buena manera de estirarse. Y no hay que comenzar desde cero. Una de nuestras colegas en el ministerio de Iowa, la Rvda. Lee Roorda Schott, ha escrito un libro y guía de estudio sobre este tema – Iglesia Tonta: Desordenada, Cruda, Verdadera, y Haciendo Espacio. (Cascade Books, 2019)
Las palabras de Jesús al líder de los fariseos y a sus invitados probablemente no causaron que recibiría otra invitación. Y es posible que sus palabras nos hace sentir incómodos si las tomamos en serio, porque la humildad verdadera y la hospitalidad radical no son fáciles. Trata con más que un plano de ubicación y una lista de invitados – trata con alinear nuestras acciones y nuestros motivos con las intenciones de Dios y en ayudar a construir el Reino de Dios. Eso es nuestro llamado y nuestro desafío. En humildad genuina, que procuremos a ofrecer la hospitalidad de Cristo a todos.
1Howard Thurman, Profunda es el Hambre [Deep is the Hunger], 1973, p. 103.
La Revd. Martha Dalton Ward es autora de Momentos Sagrados: Cuando se Cruzan la Vida y la Fe [Holy Moments: When Life and Faith Intersect]. Antes de jubilarse, ella y su esposo Bob sirvieron como Co-Pastores en Iglesias Metodistas Unidas en Iowa durante más de 30 años.
[1] Howard Thurman, Deep is the Hunger, 1973, p. 103.
The Rev. Martha Dalton Ward is the author of "Holy Moments: When Life and Faith Intersect." Before retirement, she and her husband Bob served as Co-Pastors in United Methodist Churches in Iowa for over 30 years.
La Humildad y la Hospitalidad: Más Fácil Decirlo que Hacerlo
Memorándum para los que predican
28 agosto, 2022 Domingo 12 después de Pentecostés
Jeremías 2:4-13; Salmos 81:1, 10-16; Hebreos 13:1-8, 15-16; Lucas 14:1, 7-14
Por Martha Dalton Ward martha.ward@iaumc.net
El escenario de la lectura del Evangelio para esta semana es significante. Lucas 14:1 nos dice que Jesús ha sido invitado a una comida para el sábado en la casa de un líder de los fariseos. En el día más sagrado de la semana, cena con las mismas personas que tienen sospechas de él – y toma la ocasión para compartir sus pensamientos sobre la humildad y la hospitalidad. Ahora recuerde que Jesús vivió en un mundo en que la posición social fue todo. Tal invitación para cenar como ésta fue semejante a sentarse en los mejores asientos para un juego de fútbol o de básquetbol – ¡fue para impresionar! En Lucas 14:7-14 Jesús, sin embargo, la usa – como lo hace tan frecuentemente – como un momento para enseñar.
Comienza por describir un papelón de la etiqueta: Alguien cree que merece el lugar de honor en la mesa de banquete, y está mortificado/a cuando se da cuenta de que no es el invitado honrado. Eso no ocurre en frecuentemente en nuestras iglesias, ¿verdad? Rara vez demandamos que nos sentemos el primer banco durante el servicio de culto; jamás asumiríamos que merecemos los mejores asientos en una comida que tiene la iglesia. Pero sí tenemos nuestra etiqueta no escrita – y ¡ay de los invitados ignorantes que no saben que están sentados en el banco de la Sra. Smith o que siempre se traen sus propios platos y cuberterías a la comida mensual!
La humildad, el primer enfoque de la enseñanza de Jesús, trata como más de modales educados. Jesús jamás se preocupó con tales cosas en la superficie. Lo que le importó a él eran las vidas internas de la gente – el estado de sus almas. Y la humildad no es tan fácil. No trata solamente con permitir que alguien vaya antes de Ud. en la línea o en dar una respuesta modesta cuando Ud. reciba elogio. Las palabras eternas del teólogo Howard Thurman se dirigen a esto: “Frecuentemente nos encontramos influidos más completamente por el orgullo cuando estamos más seguros que somos más discretos y humildes. Porque la pose más sutil es la de la humildad y la inclinación aparente de ser considerado/a menos de todos. El orgullo nos causa exagerar nuestra importancia y falta de importancia, o por reclamar por nosotros mismos más que sabemos ser verdad o por reclamar por nosotros mismos menos que sabemos ser verdad. Crea una deshonestidad fundamental porque es tan falso subestimarse conscientemente como es sobrestimarse.”1 ¡Quizás es la hora de examinar en oración nuestra comprensión de la humildad!
La hospitalidad es el próximo enfoque de la enseñanza de Jesús, y allá su mensaje es bien claro. Necesitamos cambiar la lista de invitados para nuestra cena. No debemos invitar solamente a nuestros amigos y nuestra familia. Jesús dice “Cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos; y serás bienaventurado . . .” (vv. 13-14) ¿Cómo hace su congregación con esto? ¡Es difícil! Estamos verdaderamente más cómodos con nuestro grupo homogéneo, o tenemos miedo de la diversidad, o no sabemos dónde empezar. Pero yo sé cuando he sido parte de esfuerzos de iglesias para demostrar la hospitalidad en esta manera, esas experiencias han sido unas de mis más profundas y memorables. Es como nuestra lectura de leccionario de Hebreos 13:1 proclama: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.”
Para mostrar la hospitalidad radical para la cual llama Jesús, es posible que hay estirarse para llegar a territorio nuevo – el próximo pueblo, el centro de la ciudad, “el otro lados del ferrocarril.” Sin embargo, no hay que hacerlo por sí sólo – el hacer equipo con otras iglesias en su comunidad o su circuito es buena manera de estirarse. Y no hay que comenzar desde cero. Una de nuestras colegas en el ministerio de Iowa, la Rvda. Lee Roorda Schott, ha escrito un libro y guía de estudio sobre este tema – Iglesia Tonta: Desordenada, Cruda, Verdadera, y Haciendo Espacio. (Cascade Books, 2019)
Las palabras de Jesús al líder de los fariseos y a sus invitados probablemente no causaron que recibiría otra invitación. Y es posible que sus palabras nos hace sentir incómodos si las tomamos en serio, porque la humildad verdadera y la hospitalidad radical no son fáciles. Trata con más que un plano de ubicación y una lista de invitados – trata con alinear nuestras acciones y nuestros motivos con las intenciones de Dios y en ayudar a construir el Reino de Dios. Eso es nuestro llamado y nuestro desafío. En humildad genuina, que procuremos a ofrecer la hospitalidad de Cristo a todos.
1Howard Thurman, Profunda es el Hambre [Deep is the Hunger], 1973, p. 103.
La Revd. Martha Dalton Ward es autora de Momentos Sagrados: Cuando se Cruzan la Vida y la Fe [Holy Moments: When Life and Faith Intersect]. Antes de jubilarse, ella y su esposo Bob sirvieron como Co-Pastores en Iglesias Metodistas Unidas en Iowa durante más de 30 años.