Troubled families
Troubled families are found throughout the Holy Bible, such as the story of the Prodigal Son. (Molenaar, Jan Miense, approximately 1610-1668. Departure of the Prodigal Son, from Art in the Christian Tradition, a project of the Vanderbilt Divinity Library, Nashville, TN. https://diglib.library.vanderbilt.edu/act-imagelink.pl?RC=56842 [retrieved June 5, 2023]. Original source: https://commons.m.wikimedia.org/wiki/File:Jan_Miense_Molenaer_-_Departure_of_the_Prodigal_Son.jpg.)
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June 25, 2023 – Fourth Sunday after Pentecost
Genesis 21:8-21; Psalms 86:1-10, 16-17; Romans 6:1b-11; Matthew 10:24-39
Every one of us has some attachment to family. Regardless how strong or weak the bond is, we are still attached. We may have a respectful and healthy relationship with and within family or we may disown or ignore family members, be enmeshed or totally alienated from each other and the only connecting link being the family name. Sometimes our deepest love, hatred, regret, admiration or disrespect comes about in our relationship with biological, church community, or personally selected family members. It is no wonder the Old and New Testament has so much to say about family.
From its very beginning, Genesis poses acute questions about the nature of faith and the way of God with God’s faithful creatures wrapped within family. In the character and personality development of Abraham, one sees, “…a new degree in biblical narrative while picturing Abraham in a new degree of responsibility.”(1) Abraham’s relationship with God progresses to the place where his distress over abandoning Hagar and Ishmael is addressed by God giving Abraham assurance Hagar will not only be cared for, but God “…will make the son( Ishmael) of the maid servant into a nation also, because he is your own offspring.”(Gen.21:13) …ah, family.
If you want to understand more of how Abraham evolves in his character, fast forward to how he engages and pursues negotiation with God over God’s plan to destroy Sodom and Gomorrah…ah, family. What some people won’t do to endure and be resilient when it comes to family.
Now, take a leap into Matthew’s words regarding Jesus’ teaching and ministry regarding family. Stanley Hauerwas explains, “Jesus tells his disciples not to be him, but to be like him.” (Matthew 10:25) Jesus goes on to explain that neither the disciples’ ministry nor our ministry will be defeated by death as we know it. We are to preach, teach, and live in service focused on and acting upon what Jesus has instructed not doing so is to deny Jesus. “Denying Jesus is to deny our destiny and there is no deeper sin than to deny the one who makes it possible for us to confess our sin.”(2) We have been given good work to do. Our faithfulness to God matters not in how successful we are, but to do as we are instructed.
Going to the heart of Jesus’ words, one hears him talk about fearing God. In this passage, fearing God is the same as trusting God and being totally devoted as a child might be to a parent. Matthew makes it very clear that God seeks to be our parent. Fearing God “…is therefore not the same as having anxiety, which is irrational, but a carefully considered and rational avoidance of the only thing that can really cause harm, namely the loss of devotion to God” (3) or God’s family (meaning all of us). Like the fall of the sparrow, there is dread only if we lack trust. Neither God nor Jesus ever said the devoted will escape pain, loss, or death in this life; however, God and Jesus did say after the death of an earthly life, God, our parent, waits to provide all faithful children the fullness of life everlasting.
Oh, by the way, when Jesus talks about loving mother, father, brother, or sister more than him he uses the word love as a verb. Jesus does indeed call upon us, as disciples, to love our families, but they cannot be used as stumbling blocks or impasses to being obedient to God. Family and family ties are created out of love once again, being a verb, meaning to do the work needing to be done in the service of God’s family…ah, family.
1 Friedman, Richard Elliott. The Hidden Face of God, (Harper, San Francisco, 1995). pps.32-33.
2 Hauerwas, Stanley. Matthew (Brazos Press a division of Baker Publishing Group, 2006). P.111.
3 Schweizer, Eduard. Matthew (John Knox Press, Atlanta, 1975). P. 248.
The Rev. M. Wayne Clark is a retired clergy member of the Iowa Annual Conference.
El Problema con Familias
Memorándum para los que predican
25 junio, 2023 – Cuarto domingo después de Pentecostés
Génesis 21:8-21; Salmos 86:1-10, 16-17; Romanos 6:1b-11; Mateo 10:24-39
Por E. Wayne Clark
Traducción de Paul I. Burrow
Cada uno de nosotros tiene alguna conexión a familia. No importa cuán firme o cuán débil la conexión es, todavía somos conectados. Es posible que tengamos una conexión respetuosa y saludable con y dentro de familia o es posible que desheredemos o ignoremos a miembros de la familia, que seamos enredados o que seamos totalmente alienados unos de otros y el único vínculo que existe es el apellido. Algunas veces nuestro amor, odio, remordimiento, admiración, o falta de respeto más profundo, sucede en nuestra relación con comunidad biológica o la comunidad de la iglesia, o miembros de la familia seleccionados personalmente. No es extraño que el Antiguo y el Nuevo Testamento tienen tanto para decir acerca de la familia.
Desde su comienzo, Génesis hace unas cuestiones cruciales acerca de la naturaleza de la fe y la manera de Dios con las criaturas fieles de Dios envueltas dentro de una familia. En el desarrollo del carácter y la personalidad de Abraham, se ve “ . . . un grado nuevo en la historia bíblica mientras describiendo a Abraham en un nuevo grado de responsabilidad.”1 La relación de Abraham con Dios progresa al lugar donde su aflicción sobre abandonar a Agar y a Ismael es tratado por Dios dando certeza a Abraham que Agar no solamente será cuidada, sino que Dios hará de Ismael “ . . . una nación, porque es tu descendiente” (Gén. 21:13) . . . ah, familia.
Si quiere entender más de cómo Abraham evoluciona en su carácter, adelante a cómo se involucra con y se dedica a negociar con Dios sobre el plan de Dios para destruir a Sodoma y Gomorra . . . ah familia. Lo que algunas personas no harán para perdurar y ser resistentes cuando pertenece a la familia.
Ahora salte a las palabras de Mateo sobre la enseñanza y ministerio de Jesús con relación a la familia. Stanley Hauerwas explica, “Jesús le dice a sus discípulos que no sean Él, sino que sean como Él.” (Mateo 10:25). Jesús sigue explicando que ni el ministerio de los discípulos ni nuestro ministerio será vencido por la muerte como la conocemos. Hemos de predicar, enseñar, y vivir en servicio enfocados en y actuando en lo que Jesús ha enseñado, y el no hacerlo es negar a Jesús. “El negar a Jesús es negar nuestro destino y no pecado más profundo que negar a él que lo hace posible que confesemos nuestro pecado.”2 He recibido bueno trabajo que hemos de hacer. Nuestra fidelidad a Dios importa – no en cuánto éxito tenemos, sino en hacer como somos enseñados.
Yendo al corazón de las palabras de Jesús, se oye a Él hablando de temer a Dios. En la lectura, temiendo a Dios es lo mismo que confiando de Dios y siendo totalmente comprometido como pudiera ser hijo/a a un padre o una madre. Mateo lo hace muy claro que Dios quiere ser nuestro Padre. Temiendo a Dios “. . . no es por consiguiente lo mismo como tener ansiedad, lo cual es irracional, sino que es una evasión cuidadosamente considerada y racional de la única cosa que nos puede dañar, específicamente la pérdida de devoción a Dios”3 o la familia de Dios (es decir todos nosotros). Como la caída del gorrión, hay temor solamente si nos falta confianza. Ni Dios ni Jesús jamás dijo que los devotos escaparán dolor, pérdida, ni muerte en esta vida; sin embargo, Dios y Jesús dijeron que después de la muerte de una vida terrenal, Dios, nuestro Padre, espera proveer a todos los hijos fieles la plenitud de la vida eterna.
A propósito, cuando Jesús habla acerca de amar a madre, padre, hermano, o hermana más que a Él, usa la palabra amar como verbo. Jesús sí nos llama, como discípulos, que amemos a nuestras familias, pero no pueden ser usadas como escollo a ser obedientes a Dios. La familia y los lazos familiares son creados de amor una vez más, siendo un verbo, significando hacer el trabajo que hay que hacer en el servicio de la familia de Dios . . . ah, familia.
1 Friedman, Richard Elliott. La Cara Escondida de Dios [The Hidden Face of God], Harper, San Francisco, 1995. pp. 32-33.
2 Hauerwas, Stanley. Mateo [Matthew], Brazos Press, división de Baker Publishing Group, 2006. p. 111.
3 Schweizer, Eduard. Mateo [Matthew], John Knox Press, Atlanta, 1975. p. 248.
El Rvdo. M. Wayne Clark es un miembro del clero jubilado de la Conferencia Anual de Iowa.