Lea la versión en español a continuación
August 9, 2020 – Tenth Sunday after Pentecost
Matthew 14:22-33
It’s interesting that Jesus “made” the disciples get in the boat as he 1) dismissed the crowds (v.22) and 2) went off by himself to pray (v. 23) and either of those threads will preach. The Greek for “made” is "compelled." That’s quite the imperative. John’s gospel relays how people rallied to forcefully make Jesus king after the feeding of the multitude. Perhaps that’s the reason Jesus compels the disciples to go – so he can manage the situation. Although most of us don’t like being compelled to set things down and walk away, God still requires it at times, and may be where God leads you to preach this week.
I’m focusing on water walking. In this season of COVID and social unrest, the world doesn’t feel safe or stable. Like walking on water. Churches closed or opened, or a little bit opened and maybe closed again; people’s jobs threatened and lost; hostility; fear; isolation; school yes or no? safe or dangerous? Black lives do matter. Immigrants are being profoundly threatened. To list a few. Maybe it’s good for the preacher to name and claim our discomfort as we speak of the storm bashing against the disciples’ boat.
Rocked by the storm, the disciples look up and Jesus is there to help. They don’t recognize him at first. That happens. It is very easy to focus so fully on the trouble surrounding us that we leave no room to see the very omnipresence of God. To name and claim danger gives it context and texture so we can prayerfully take God’s hand and face it. Together.
Fear mindset: centers on scarcity, danger, self (how am I going to get myself out of this, etc.). Faith mindset: acknowledges the trouble, looks up to the assurance, comfort, love and presence of God in the mix. (I know God can/does/has/will be the power and light, love, wisdom and guidance in this situation, now as always).
This is where your story or event connecting the reading to current life would be helpful. For me, my mom has been declining since my dad died in 2013. This Friday I move her to memory care. I cannot mange my sorrow and grief myself and most days now I don’t try. It’s a big storm. Slow at times, raging at others. And through all of it (ALL of it) when I remember to get my eyes off all of the loss and focus instead on God’s presence, God reminds me of the Lord’s love for mom and me. Tells me this is my time to be the physical manifestation of God’s hand holding hers in her decline. It transforms my perceptions helping me walk on the unstable waters of these shifting times hand in hand with God’s own.
Here is a prayer I’ve written that maybe says it better:
If I walk on the water with you, God,
Will you take my hand in yours?
All I see is trouble rising,
Winds and waves of it; trouble all around.
But if I look you in the eye,
Step out of this boat,
(I hear you calling),
Leave it: full of its old beliefs, patterns, and choices,
If I step out into the new unknown with you, Lord,
Can we walk on the water together,
And make something brand new?
Storms come. Things change. God’s love is always present, always extending, always brand new. We can be, too.
The Rev. Judy Wadding is a retired clergy member of the Iowa Annual Conference. "MEMO for Those Who Preach" was founded by the Rev. Bill Cotton, a retirred clergy member of the Iowa Conference who has entered hospice care at home. It is now produced by Rev. Cotton’s friends and colleagues.
9 agosto, 2020 Décimo domingo después de Pentecostés
Mateo 14:22-33
Por Judy Wadding
Traducción de Paul I. Burrow
Es interesante que Jesús “hizo” a sus discípulos entrar en la barca mientras que él 1) despedía a la multitud (v. 22) y 2) subió al monte a orar aparte (v. 23) y uno o el otro predicará. El griego para “hizo” es forzó. Eso es un mandato bien fuerte. El evangelio de Juan nos informa cómo la gente se reunió para hacer a Jesús un rey por fuerza después de dar a comer a la multitud. Quizás ésa es la razón porque Jesús fuerza que los discípulos vayan – para que él pueda manejar la situación. Aunque a la mayoría de nosotros no nos gusta ser forzados a dejar las cosas e irnos, todavía Dios lo requiere a veces, y quizás eso es adónde Dios te guíe a predicar esta semana.
Yo me enfoco en andando sobre el agua. En esta temporada de Covid e inquietud social, el mundo no parece ser seguro ni estable. Es como andando sobre el agua. Las iglesias – cerradas o abiertas – o abiertas por un período y tal vez cerradas otra vez; los trabajos de personas amenazados y perdidos; hostilidad; temor; aislamiento; escuelas, ¿sí o no? ¿seguros o peligrosos? Las vidas negras sí importan. Inmigrantes están recibiendo amenazas profundas. Y esto sólo menciona unas pocas de las cosas. Quizás es bueno que el/la predicador/a nombre y reclame nuestra incomodidad mientras que hablamos de la tormenta aporrea contra la barca de los discípulos.
En peligro a causa de la tormenta, los discípulos levantan la vista y Jesús está allá para ayudar. No lo reconocen al principio. Eso ocurre. Es muy fácil enfocarnos tanto en los problemas que nos rodean que no dejamos espacio para ver la omnipresencia de Dios. El nombrar y reclamar el peligro lo da contexto y textura para que podamos tomar la mano de Dios en oración y para que podamos confrontarlo – juntos.
La mentalidad de temor: se centra en la escasez, el peligro, la persona misma (¿cómo voy a sacarme de esto?, etc.). La mentalidad de fe: reconoce los problemas, levanta la vista para la confianza, el consuelo, el amor, y la presencia de Dios en la mezcla. (Ya sé que Dios puede/hace/tiene/será el poder y la luz, el amor, la sabiduría y la guía en esta situación, ahora como siempre).
Esto es donde tu historia o tu suceso conectando la lectura con la vida corriente sería servicial. Para mí, mi mamá ha estado declinando desde que mi papá murió en 2013. Este viernes la mudé a una casa para el cuidado de los que sufren de Alzheimer. No puede manejar mi pena y dolor por mí misma y la mayoría de los días no trato de hacerlo. Es una tormenta grande. A veces es despacio, otras veces tiene mucha fuerza. Y entre todo (TODO) cuando me acuerdo no considerar todas las cosas perdidas y enfocarme en vez de eso en la presencia de Dios, Dios me acuerda de su amor para mi mamá y para mí. Dios me dice que ésta es la hora para que yo sea la manifestación físicas de la mano de Dios agarrando de la mano de mi mamá en su debilidad. Transforma mis percepciones ayudándome a andar sobre las aguas inestables de estos tiempos cambiantes codo a codo con Dios mismo.
He aquí un oración que he escrito que quizás lo expresa mejor:
Si ando sobre el agua contigo, Dios,
¿Tomarás mi mano en la tuya?
Lo único que veo es problemas surgiendo,
Vientos y olas; problemas en todas partes.
Pero si te miro en el ojo,
Si desciendo de la barca,
(Te oigo llamando),
La dejo atrás: llena de sus creencias viejas, modelos, y opciones,
Si ando hacia al nuevo desconocido contigo, Señor,
¿Podemos andar sobre el agua juntos,
Y hacer algo nuevo?
Las tormentas viene. Las cosas cambian. El amor de Dios siempre está con nosotros, siempre extendiendo, siempre algo nuevo. Nosotros podemos ser así también.